¡Quebrar!
¡QUEBRAR! En ese nanosegundo, la vida de Belinda cambió. Jeremy, el esposo que amaba tanto, ya no sería el mismo hombre despreocupado, activo y robusto que se había casado. Los años que siguieron le rompieron el corazón. Belinda observó a Jeremy sufrir de dolor y, en consecuencia, volverse cada vez más desmoralizado y emasculado.