Celos, envidia, resentimiento, ¡oh Dios!
Tales emociones inquietantes e incómodas. Son imprudentes, dolorosos y tan innecesarios. Sin embargo, a veces nos agarran mucho. Katherine era una bibliotecaria retirada de 50 años y solo estaba entrando en la menopausia cuando se encontraba experimentando envidia cada vez que iba a ella en la casa de la cuñada. Su hermana en ley era delgada, tenía un [...]
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